2020 ha cambiado fundamentalmente nuestras rutinas espaciales y la actual crisis de salud provocó una gran cantidad de especulaciones sobre cómo se desarrollará nuestra vida cotidiana. Con el año terminando, observamos cómo la pandemia aceleró algunas tendencias arquitectónicas que ya estaban en marcha y cómo puso en tela de juicio otras ideas bien establecidas.
El año pasado fue fundamental para la arquitectura, con repercusiones significativas en cómo abordamos los programas y diseñamos espacios. 2020 ha restablecido el éxito de los desarrollos de uso mixto, ha puesto en tela de juicio la ya criticada oficina de planta libre y ha provocado debates sobre si la pandemia acabará o no con la demanda de microapartamentos. La experiencia de la crisis sanitaria también ha confirmado algunos caminos y ha abierto otros nuevos para la práctica de la arquitectura en los años venideros.
Adaptabilidad a la vanguardia de la arquitectura
La adaptabilidad ha sido importante en la arquitectura desde hace un tiempo, ya que la profesión ha reconocido el dilema de diseñar edificios que abarcan décadas para programas que podrían cambiar por completo en unos pocos años. La experiencia de 2020 ha reforzado la importancia del diseño flexible, que puede adaptarse a una amplia variedad de escenarios imprevistos. Como dijo Elizabeth Diller de Diller Scofidio + Renfro en una entrevista este año, "las nociones de flexibilidad son la forma en que nuestro estudio va a avanzar. No es solo el virus, es el cambio de la velocidad de la sociedad", haciendo hincapié además en que "la adaptabilidad al cambio económico, ambiental y político es fundamental para que la disciplina se vuelva importante, vibrante y conectada con lo que está sucediendo".
Proliferación de los desarrollos de uso mixto
Muchos desarrolladores priorizaron los esquemas de uso mixto incluso antes de la crisis de salud, creando partes autónomas dentro del tejido urbano. Sin embargo, la situación actual parece haber exacerbado la idea. "En realidad, estamos viendo una característica que se alinea bien con lo que estábamos planeando para la antes de la pandemia, solo que ahora tenemos un caso de estudio del mundo real para demostrar su valor", dice Stephen Coulston, director de Perkins and Will, quien predice un aumento espectacular de edificios de uso mixto en un futuro próximo. La propuesta de Vicente Guallart de una comunidad autosuficiente en China no solo demuestra esta tendencia, sino que la lleva un paso más allá. El diseño define una nueva tipología urbana, informada por la experiencia de la pandemia, con un programa muy diverso, que comprende sistemas de producción de energía y alimentos, que convierten el desarrollo en un entorno casi autosuficiente. "No podemos seguir diseñando ciudades y edificios como si nada", dice Vicente Guallart, quien también explica que haber desarrollado la propuesta ganadora durante el encierro motivó al equipo "a incluir todos aquellos aspectos que podrían mejorar nuestra vida para que un nuevo estándar podría definirse ".
El barrio de 15 minutos
El concepto es parte del pensamiento de diseño urbano sostenible e implica tener todas las comodidades necesarias a una corta distancia a pie, en bicicleta o en transporte público. La estrategia descentraliza la economía local, y cada barrio presenta todos los aspectos de la vida urbana, desde espacios de trabajo, negocios, recreación, áreas verdes y vivienda. El concepto, que se remonta a la década de 1900, volvió en 2019, cuando la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, se convirtió en una destacada defensora de la ciudad de 15 minutos o la ville du quart d'heure. Ahora, varias ciudades de todo el mundo incluyeron la idea en sus estrategias de recuperación pospandémica.
Nuevos criterios espaciales para la vivienda
La pandemia probablemente traerá un cambio de valor con respecto a la vivienda, especialmente en ciudades densamente pobladas, donde las cuarentenas y los períodos prolongados de trabajo desde el hogar sacaron a la luz las deficiencias de muchas viviendas. La presión demográfica y la escasez de viviendas en las grandes ciudades no desaparecerán después de la pandemia, por lo que tampoco lo hará la tendencia de vivienda mínima. Sin embargo, la experiencia de este año indudablemente impulsará a los residentes y desarrolladores a priorizar los espacios al aire libre, al mismo tiempo que definen un nuevo estándar de vida para futuros desarrollos. Mirando más adelante, más allá de esta crisis de salud, es probable que los esquemas de vivienda y la distribución de apartamentos se vuelvan más flexibles, permitiendo la posibilidad de separar diferentes funciones. Los proyectos que se están elaborando ya apuntan a proporcionar áreas al aire libre variadas y espacio para trabajar desde casa.
Oficina de planta libre bajo escrutinio
El espacio de oficinas ya estaba cambiando incluso antes de la pandemia, con estudios que mostraban que los grandes espacios abiertos tenían efectos negativos en la salud mental y la productividad. A lo largo de 2020, se ha especulado mucho sobre el futuro de la oficina y existe una creencia ampliamente aceptada de que la flexibilidad del trabajo llegó para quedarse. Las encuestas revelan que el 40% de las personas desean trabajar desde casa por lo menos el 40% del tiempo laboral después de que la pandemia desaparezca. En consecuencia, redefinir el espacio de la oficina podría significar tener varias empresas compartiendo el mismo espacio en rotación, usar la oficina como un centro colaborativo con la mayor parte de las tareas realizadas a través del trabajo remoto y crear un espacio fácilmente personalizable. En esta línea, CRA-Carlo Ratti Associati ha creado recientemente un proyecto piloto para el Centro de Innovación Abierta de Sella Group, que enfatiza las actividades compartidas y las áreas clave de conexión.
Una nueva era para los museos
Como este año ha pasado factura a las instituciones culturales, los museos pospondrán los proyectos de ampliación y replantearán los espacios existentes. La pandemia provocó un replanteamiento más profundo del diseño de los museos, aspectos atractivos como numerosos puntos de acceso para evitar largas colas, múltiples rutas a través del museo, espacios de galería flexibles, una conexión mejorada con el aire libre. Sin embargo, hasta que el turismo regrese a niveles prepandémicos, los museos deberán ajustar sus programas y su funcionamiento para interactuar con una audiencia menos sólida. Desde la venta de entradas, el tráfico de visitantes y el diseño de exposiciones, la pandemia tendrá efectos duraderos en esta tipología de edificios.
La lista no es de ninguna manera exhaustiva, ya que la crisis actual ha desafiado a los arquitectos a repensar y cuestionar casi todos los aspectos del entorno construido. La coyuntura de este año podría haber sido el catalizador improbable para la innovación en arquitectura, que veremos desarrollarse en los próximos años.
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